10 junio 2007

Recapitulando

Dentro de 2 semanas hará 1 año que recuperé mi afición de escribir gracias a esto de los blogs, y al amigo Parche que se aseguraba con mis textos algo más de material para su web. Y de paso no perderme de vista.
En este año largo me han pasado muchas cosas, o yo he pasado por las cosas, o no eran cosas sino yos. A saber:

Cambié de curro. Escapé de una jaula de grillos con pretensiones a un sitio más o menos normal, con un sueldecito que me permite pagar el piso y algo más, y con unos compañeros que son gente. Eso y buenas vistas sobre los cruceros que salen de la ciudad (que cada día hay más, horror de espectáculo all included de carnes lirondas, coloradas y cerveceras sobre tumbonas milsudadas)

Cogí una buena depresión que me dejó con el mismo cuerpo de los 18 (52 kilitos, una joya) pero con la autoestima por donde las cloacas.

Me descubrieron y me quitaron un quiste. Experiencia que me dio la oportunidad de conocer la vida de hospital. Y no, no es como en las series: los médicos son todos feos.

Me apunté al gimnasio y logré ir, antes de que el quiste y toda su significancia intrínseca me lo impidiera.

Cambié de pareja. Luego de idas y vueltas infinitas y absurdas con alguien que no (que no y punto) al final, y por raro que parezca dado mi backround, había por ahí escondida una naranja entera que hiciera buenas migas con el pomelo que puedo llegar a ser. Mirarse a los ojos y derretirse, vaya. Con él redescubrí el gusto de aquello de "en tu casa o en la mía". Y en la mía al final nos quedaremos. Puesto que en menos de un mes, mi gata y yo compartiremos vida con mi, mi, mi.....(coño, qué difícil es darle un nombre: ¿pareja? ¿chico? ¿churri? ¿novio? Las francesas dicen "mon copain" o "mon petit ami" y se quedan tan anchas. A ver cómo le llamo yo "mi colega" o "mi amiguito" sin que se me descojone el auditorio...)

Y.....cambié de lavadora. Luego de 10 años de servicio, hemos decidido jubilarla. Y eso que, siendo la más barata que había cuando la compré, jamás tuve que llamar a técnico alguno para arreglarla. Nunca jamás me dejó tirada. Era un poco ruidosa. También sacaba la ropa más sucia que cuando entraba. Y hasta algún paseíllo se daba. Le divertía tirar al suelo todo lo que le pusieras en el lomo.
Pero a su edad, qué se puede esperar... Snif. Pobrecita mi vieja Aspes. Pero ha tocado renovarse. Y ahora, mientras escribo estas líneas, una reluciente y potente Samsung que ha ocupado su lugar (no somos nada) se empeña en demostrar su valía y juventud centrifugando a toda leche. Y todo gracias a los transportistas de MediaMarkt, un argentino y un ¿peruano? que, desafiando cualquier ley física, llegaron con ella en brazos luego de remontar 5 pisos por escalera. A ver quién es capaz, luego de tal proeza digna de un Messi, meterse con los pobres inmigrantes que vienen aquí a currar en lo peor.

Y como cereza les dejo una foto capurada en los pagos de casi-Hospitalet. Por un momento pensé que era alguna palabra catalana que desconocía.
Pero no. En su casa (o en su tienda) la gente llama a los shorts como le sale del rotulador:



03 junio 2007