As time goes by o 20 años no es nada (y menos aún 40)
Desde el fin de semana pasado una extraña euforia se ha apoderado de mí.
A saber:
Hemos celebrado nuestra fiesta de concubinato en la terraza de mi viejo piso de alquiler, que ha pasado de la noche a la mañana a ser nuestro piso (viejo y de alquiler lo sigue siendo)
Aprovechamos la fiesta para festejar los 40 tacos de mi churri-colega-pareja-noviete. Y como agasajo a tamaña hazaña, sus colegas del curro le han regalado una botella de Armagnac de su quinta (es decir de hace 40 años) A ver quién encuentra un regalo tan arrebatador. Dos dedos del elixir éste te provocan un pedo de campeonato.
Y....como colofón a tanto contento, mis compañeros del instituto (secundaria para los del otro lado del charco), van y deciden rebuscarse, reencontrarse y recontraescribirse. Porque desde el primer mail que recibí el sábado hasta hoy, lo menos hemos intercambiado 30, y de 30 y pico que éramos en el curso, casi 30 nos hemos ido localizando y agregándonos a la la lista de distribución. Por no decir que en 48 horas ya han montado 2 grupos: uno de Yahoo y otro de Google. Tanto tiempo sin saber los unos de los otros y de repente les entra el delirio locuaz.
No sé si darle la razón a Carlitos Gardel con eso de que 20 años no es nada, qué febril la mirada. Porque en lugar de platear la sien, los dichosos añitos han dejado calvo a más de uno, y donde había un rockero pelilargo ahora se aprecia un sereno padre de familia. Y donde había una nariz un poco demasiado larga, los cirujanos se aplicaron con sus limas y tijeras. Y, sobre todo, a varios les han nacido unos apéndices que responden por el tierno nombre de "hijos". Joder con los 20 años.
A decir de varios, mi persona ha mejorado con el paso del tiempo. Parece ser que mi look "gallego" ha despertado alguna que otra pasión, y algún ciego ha decidido que tengo un parecido más que razonable con una tal Ariadna Gil. Sí, parece que los años también provocan cierto deterioro visual.
Me ha sorprendido la cantidad de psicólogos (más bien psicólogas) que ha parido mi curso del instituto. Hay alguna cantante (que por cierto vive en Madrid). Algún crítico de cine y alguna editora de revistas de ídem. Alguno que se ha ido a vivir al campo. Y alguno que tenía mucha imaginación, sigue teniéndola a la hora de escribir mails.
En fin, aunque parezca chorra (más bien pedorra), me hace ilusión este come back. Y me jode no poder estar allí, dentro de 1 mes, cuando han fijado fecha para una gran fiesta gran, con daikiris incluidos. Mierda, creo que me hago vieja.