06 diciembre 2006

¡¡¡No al intrusismo laboral!!!

Vaya semanitas de agotamiento. Mental.

Nunca se me dieron bien las cuestiones contables, incluso fue la peor nota de todo mi historial estudiantil.


Contabilidad, en 3 año del secundario (desconozco cómo traducir eso al español de España, ¿2º de BUP, 1 de ESO?), fue la gran vergüenza que aún acarreo. Tiempo por interés por noséqué dividido por unidad de tiempo, y trabalenguas similares que había que aprender, y que jamás me interesaron porque contar dinero no era mi vocación.

Algunas veces me pregunto por qué mi formación secundaria fue tan completa, para finalmente llegar a no saber casi nada de nada. A mí me tocó, luego de superar un examen de ingreso para un colegio público, estudiar 2 idiomas extranjeros (inglés e italiano en mi caso, latín y francés en otros) Teníamos física, química, dibujo, biología, psicología, lógica y filosofía, además de las consabidas matemáticas, historia, geografía, música, lengua y literatura. Y encima, en 3º, nos metían Contabilidad con calzador.

Entonces me sumerjo en el túnel del tiempo y aparezco unos cuántos años más tarde, como responsable de facturación d
e todo un congreso con 1500 asistentes. Too much.

Así que me he pasado 2 semanas a full facturando, buscando descuadres, haciendo abonos y sumando y restando IVA’s. Yo, del departamento de marketing....


Estuve al borde de lanzarme en picado por la ventana de la oficina, pero los malditos edificios inteligentes son tan listos que evitan las tentaciones suicidas impidiendo que las ventanas se puedan abrir, y con unos cristales que ni el increíble Hulk podría traspasar.

Pensé también en intentar ser abducida, pero como no soy muy dada a esoterismos, los extraterrestres pasan de mí. Y no sé si funcionaría de la misma manera si te abduce el vecino, por un decir (el mío igual podría, que va hasta el culo de maría y se le queda una mirada de zombi que pasaría por habitante de Neptuno)


Pero nada, no habiendo resultado efectiva ni siquiera mi cara de penita, me enclaustré en mi silla hasta encontrar los 15.000€ de descuadre (una nadería)

Y puedo asegurar y aseguro que no le deseo esta pesadilla a nadie. A nadie que no haya estudiado algo mínimamente relacionado con la contabilidad o la auditoría. Porque a los contables/auditores seguro que les mola buscar descuadres. Es más: los desean ávidamente, disfrutan con ellos.


Pero como no todo van a ser penas, sobrecargas de trabajo y descuadres financieros, aquí les presento el regalo que nos han hecho en la empresa como agradecimiento por nuestra contribución al éxito del congreso:

No sé que decir. Bueno, sí supe. Dije “gracias, no hacía falta”. Y de hecho no, no la hacía...

PD: pero como es de bien nacido ser agradecido, y en honor y loor a la verdad verdadera, expongo: también nos han dado 3 días de vacaciones y algo de dinerillo como compensación a los servicios prestados, que no todo va a ser DKNY ideal para cincuentonas.

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