13 julio 2006

Actividades extraescolares - Ida de olla número 2 (y la moda de los robots de cocina)

Recordaron las tardes lluviosas de estío, cuando juntos paseaban por el soleado jardín con magnolias y geranios.

Cuando él se fue, abandonado quedó el jardín. Marchitáronse las magnolias y los geranios.

Recordaron las tardes lluviosas de estío, cuando juntos paseaban por el soleado jardín con magnolias y geranios.Cuando él se fue, abandonado quedó el jardín. Marchitáronse las magnolias y los geranios.

Pero ahora estaban juntos para recordar y plantar nuevas magnolias y geranios.

El perro puso fin a esta felicidad orinando sobre los geranios recién cultivados.

Realizada esta necesidad, echáronlo por irrespetuoso ¡Justo sobre los geranios que daban flores amarillas! -¿La verdad? Hubiéramos preferido que orinara sobre las violetas. Lo mejor será llamar a la perrera.

- Me cacho con los teléfonos! Da ocupado.¡Oh, mi amor, qué haremos con los geranios orinados! ¡Te dije que no quería perros! - 4308....¿Perrera? Ah, no disculpe. ¡No, no es un insulto! No, para nada ¡Guaso! ¡Lo será su madre!

- Lo haremos venir salchicha - dijo Pepa que traía la Moulinex picatutti. No vendían boles o accesorios con tamaño de ovejero alemán. Por ser alemán, la salchicha tendrían que acompañarla con chucrut. Y el chucrut no les gustaba.

- Necesitaremos una máquina especial. Pero primero, el siniestro cuadrúpedo orinador deberá sacar la carta de ciudadanía (así lo acompañamos con locro y mate)

El siniestro cuadrúpedo orinador estaba saltando en una pata, dejando charquitos de líquido amarillento sobre todos los geranios. Estaba fuera de sí.

De tanto orinar se fue desinflando. Pffffffffffffffffffff ¡Kaput! El siniestro can se había desintegrado

-...sí, sí, los geranios, que los arranque. Sí, las magnolias y las caléndulas también. Pepa y yo pensamos poner baldosas. No, no podemos pagarle, pero lo invitaremos a cenar. ¿Le gustan los perros desinflados a la maître d’hôtel? Ahhhhhh, nos rechaza la invitación! Bien, lo tendremos en cuenta.

- Ajjjjj, que se vaya a comer al infierno. No sabe disfrutar de las virtudes de la Moulinex picatutti. ¡Pobre infeliz, se olvidó de picar!

Chacho probó un gran bocado de su cena. Su semblante se enrojeció y haciendo unahorrible mueca corrió hacia la ventana y vomitó en el jardín, justo encima delos geranios que habían sido orinados por el perro. Y ¡oh, sorpresa! Éstos empezaron a crecer tan descontroladamente que ya casi no se veía el jardín.

Recibieron un premio y vivieron felices comiendo perdices.


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